C.L. de unos 37-38 años, con una estructura grande y fuerte (musculatura no demasiado desarrollada) presentaba varias patologías: dolores intensos de pies a pesar de utilizar siempre el mejor calzado con suela flexible y gruesa, problemas en las dos rodillas hasta abandonar las actividades deportivas como fútbol y gimnasio, y dolor de espalda localizado en la zona dorsal. Llevaba varios años soportando dolores porque su trabajo le exigía estar mucho tiempo de pie y flexionando muy a menudo las rodillas.
Tras siete sesiones muy esporádicas en el transcurso de un año, actualmente ha conseguido la estabilidad estructural que no tenía. Antes no soportaba estar varias horas de pie o agachado porque su cuerpo no le proporcionaba estabilidad suficiente. De ahí viene la pérdida de los ejes de la columna vertebral rompiendo las líneas de fuerza y soporte que deben tener las extremidades inferiores (rodillas y pies).
Es tan importante el equilibrio emocional como el estructural, esto nos lleva a una vida más equilibrada psíquicamente.
Todas estas patologías presentadas por una sola persona, ¿pueden combatirse simplemente con sesiones de análisis verbal o fármacos?
Ante todo esto, ¿qué nos espera en un futuro si nos basamos únicamente en los fármacos cuando se tiene que modificar desde el cráneo hasta la última falange del pie?
Firmado: L. María Moreno - Osteópata
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