El fracaso no existe, la tragedia sí.
¿Por qué está en nosotros mismos?
Enfocamos o dirigimos según nuestro entendimiento y conducta hacia los demás:
perjuicios, derrotas…
Somos grandes ante los demás si
estamos considerados, pero cuando no hay nadie que nos diga algo agradable o a
nuestro favor el ego no existe en nosotros, nos empequeñecemos hasta tal punto
que consideramos que no somos nada.
Ahí está el cambio de chip, porque el cerebro no es grande ni es pequeño sino que es el responsable de nuestro cuerpo y de nuestra vida, funciones que nos hacen ser diferentes unos a otros.